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Heridas de la infancia ¿Nos afectan en la adultez?

Heridas de la infancia
Bienestar y Terapia

Heridas de la infancia ¿Nos afectan en la adultez?

Heridas de la infancia

¿Crees posible que tu infancia afecte tu adultez? Si, afecta y más de lo que imaginas. La analogía entre un niño y una esponja es muy real, cuando somos niños absorbemos todo lo que pasa a nuestro alrededor, nos hace más valiente o nos afecta de forma negativa en nuestra adultez. Las heridas emocionales de la infancia son una especie de lesión afectiva que nos impide llevar una adultez emocionalmente equilibrada. Su huella es tan profunda que incluso nos dificulta las relaciones personales. También nos incapacita para afrontar los problemas con mayor soltura y resistencia.

Muchas veces, de pequeño pasamos por situaciones, que creemos son sin mayor trascendencia. O al menos, eso es lo que supones hasta ahora. Sin embargo, hay heridas que dejan huella emocional que se quedan en nuestra mente, que afectan nuestras relaciones, y decisiones que tomamos de adulto.

Heridas de la infancia

Sin darnos cuenta, de adulto podemos tener temor a:

  • Ser abandonados: Entonces, creamos dependencias emocionales con nuestra pareja que realmente no son sanas.
  • Ser humillados: Evitamos hablar en público o simplemente expresar nuestras ideas.
  • Vivir injusticias: Nos sentimos devastados si vemos o somos participes de un acto no justo, donde alguien (nosotros o terceras personas) sufren las consecuencias.
  • Al rechazo: Es uno de los temores más crueles, ¡Si, crueles! Porque no nos creemos merecedores ni de nuestros pensamientos, nos auto rechazamos y esperamos lo mismo de todos aquellos que están a nuestro alrededor.

Entonces, ¿Puedo sanar las heridas de la infancia? ¿Incluso cuándo han pasado tantos años? Por supuesto que sí. Para ello debes comenzar por:

  • Aceptar que lo viviste, y que serán parte de ti.
  • Aceptar que te hacen daño.
  • Permítete explorar tus sentimientos e incluso desahógate con quien genero esa herida en ti.
  • Acepta, perdona y comienza la transformación.

La forma de curar está herida es trabajar en tus emociones y mente, cultivando la flexibilidad, la tolerancia y la confianza hacia los demás.

También se puede prevenir y ¿Cómo?  desde la infancia trabajando en los niños el respeto por la diversidad y la tolerancia, practicando la crianza respetuosa, la empatía, la expresión de sentimientos y el intercambio de opiniones e ideas sin hacerlas menos importantes o insignificantes.

Haz clic en: Workshop y comienza a trabajar en esta nueva historia en la que superas tus heridas, avanzas y cambias el presente y futuro ¡Está en tus manos! Sé que tú puedes.

Escrito por: Rosmery Hernández

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